Este fin de semana, mi sobrina Diana de seis años vino a casa con un libro y un juego. A medida que pasaba la tarde ya no sabía que más hacer, ya había leído, ya habíamos jugado y el aburrimiento empezaba a aparecer en esa tarde de sábado.
Aprovechando los materiales que había guardado para la clase del lunes 17, le propuse usarlos si quería a lo que aceptó encantada ya que le encantan las manualidades. Diana, decidió usar una huevera de cartón. Estuvimos pensando ideas para ver qué podíamos hacer con esa huevera (un gusano, setas, gallinas, etc). Finalmente, mi sobrina decidió hacer un juego en el que cada hueco de la huevera sería como una especie de canasta.
Para crear su juego primero recortó la huevera hasta dejar el mismo número de huecos en cada lado y después la decoró. Posteriormente, realizó unas bolas de papel las cuales estaban formadas por distintos dibujos y las cuales recortó de distinta forma cada una. Una vez terminado, mi sobrina orgullosa por el trabajo realizado me lo enseñó y estuvimos jugando al juego que ella misma, sin ayuda de nadie, había pensado y creado.
Esto me hizo pensar en varias cosas, la primera es la importancia que el aburrimiento tiene en la infancia, a pesar de que en la sociedad en la que vivimos luchamos para que los/las menores no se aburran y mantengan todo su tiempo ocupado. Un niño/niña aburrido significa que su cabeza esta pensando, imaginando y creando. El aburrimiento significa creatividad, debemos dejar que los/las menores se aburran para potenciar aquello que la sociedad actual quiere, inconsciente o no, apagar.
Lo segundo es como de elementos que se usan para otro fin somos capaces de crear y utilizarlos para diferentes funciones, mis sobrina decidió crear un juego, crear su propio juego único y sin fijarse en nada. Ella lo pensó y lo maquetó. Eso me hizo reflexionar sobre como las familias facilitan a los menores utensilios y materiales en una cantidad excesiva y muchas veces los/las menores no saben que hacer con tantos juguetes o materiales. En cambio, cuanto menos tienen (en este caso una huevera de cartón, unos rotuladores y unas pinturas de madera) pueden crear cosas maravillosas pensadas y creadas por ellos/as mismos/as.
A continuación adjunto las imágenes del juego creado por mi sobrina Diana de seis años:
Begoña Díaz Ruiz.
