miércoles, 25 de marzo de 2020

Efecto Pigmalión o profecía autocumplida. Carolina Cuenca

Hoy mientras leía una de las entradas de este blog compartida por mi compañera Begoña Díaz me ha venido a la mente el "efecto Pigmalión" también conocido como la profecía autocumplida. Begoña nos hablaba de las veces que hemos escuchado "yo no soy creativo", ¿de dónde proviene esta idea? ¿es cierto que no la tenemos o nos la cortan? Esto me ha llevado a pensar sobre cómo podemos influir y cortar las alas de las personas y la de nosotros mismos.

El efecto Pigmalión se conoce como la influencia que una persona puede ejercer sobre otra, basada en la imagen que esta tiene de ella.


Muchas veces hacemos comentarios sobre otras personas y ponemos en duda sus capacidades, en ocasiones ocurre sin querer ofender sin el objetivo de hacer daño. Cuando esto ocurre estamos influyendo en cómo una persona se ve a  misma.

Las expectativas que nosotros tenemos tanto a cerca de nosotros mismos como de la gente que nos rodea, pueden influir en el resultado final que se produce cuando actuamos, creer en algo puede hacer que ese algo acabe sucediendo,  porque nosotros mismos modificamos nuestra conducta y cómo nos comportamos.

El efecto Pigmalión puede ser tanto positivo como negativo. El positivo se da cuando por ejemplo decimos a alguien que puede conseguir sus metas y el negativo sería si le decimos todo lo contrario.
Como docentes tenemos que tener cuidado, porque en ocasiones puede que etiquetemos a los niños/as como "el desobediente", "el malo de la clase", "el mas bruto", etc. ocasionando en ellos una idea de ellos mismos errónea. Otro ejemplo, si a un alumno/a se le dice que no va a poder con el curso, que tire la toalla o algo similar que no deje que el alumno/a siga su camino.

En una de las escenas de la película "En busca de la felicidad"donde el protagonista Christian Gardner (Will Smith) y su hijo se encuentran en una cancha de baloncesto. En la escena el Christian le dice a su hijo que cuando sea mayor destacará en muchas cosas pero no en esta (refiriéndose al baloncesto), además añade: no te quiero ver aquí día y noche lanzando este balón. Como consecuencia su hijo no quiere jugar más. Tras ver la reacción de su hijo, no quería jugar más, le dice: "Nunca dejes que alguien te diga que no puedes hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño tienes que protegerlo, las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que no tú tampoco puedes. Si quieres algo ve a por ello". 

Es una escena maravillosa, en la que se puede observar claramente como al principio se estaba dando lugar al efecto Pigmalión negativo, posteriormente ocurre todo lo contrario.

Dejo este vídeo relacionado con lo mencionado anteriormente:



Recordad que detrás pequeño/a de nuestro aula que cree en sí mismo hay un maestro/a que creyeron en ellos/as antes.

Carolina Cuenca García

1 comentario:

  1. Esto que comentas es muy importante, por eso los maestros tenemos una gran responsabilidad

    ResponderEliminar